Query
En el ámbito de la inteligencia artificial, una consulta (query) es mucho más que una simple orden: es la pregunta o instrucción que conecta al usuario con el sistema.
- En bases de datos clásicas, una consulta especifica qué filas o columnas recuperar de una tabla.
- En la IA moderna, la consulta puede ser un texto en lenguaje natural, una imagen, un fragmento de audio o incluso un vector numérico.
- En modelos de lenguaje, cada prompt es una consulta: una entrada que desencadena la generación de texto, traducción o razonamiento.
- En sistemas de recuperación de información (como los buscadores basados en embeddings), las consultas se convierten en vectores y permiten encontrar los elementos más cercanos semánticamente.
Lo interesante es que el término se ha transformado: ya no es sólo pedir datos, sino interactuar con un sistema inteligente para obtener conocimiento, predicciones o acciones útiles.
Ejemplo: una consulta a un motor de recomendación podría ser implícita (el historial de navegación del usuario) o explícita (“sugiéreme películas de ciencia ficción”).
En inteligencia artificial, una consulta no es solo un pedido técnico: es el punto de encuentro entre la intención humana y el cálculo algorítmico. Cada query orienta al sistema sobre qué debe buscar, inferir o generar.
Existen consultas clásicas, como las de bases de datos relacionales, pero hoy el término se extiende a contextos mucho más amplios. En motores de búsqueda semánticos, una consulta puede ser un texto libre; en sistemas de visión, puede ser una imagen; en modelos de lenguaje, puede ser un prompt complejo.
El diseño de la consulta también influye en la calidad del resultado. Una misma pregunta formulada de dos maneras distintas puede arrojar respuestas muy diferentes. Por eso, el arte de formular buenas queries se ha vuelto tan importante: desde la recuperación de información hasta el aprendizaje por refuerzo, donde la consulta al entorno define cómo el agente aprende.